El carboncillo vegetal es uno de los materiales de dibujo más antiguos, se obtiene carbonizando pequeñas ramitas de árboles o arbustos como: brezo, olivo, aliso, abedul.
El carboncillo es muy apreciado por su trazo negro intenso, de aspecto mate. Gracias a su adherencia ligera al papel, permite ser difuminado y corregido con facilidad, siendo ideal para crear transiciones delicadas y efectos de sombreado, así como texturas y contrastes con el fondo de papel.
Es muy útil para bocetar y encajar en el lienzo, para dibujos rápidos, para practicar perspectiva.
Existen varios tipos de carboncillo, los más utilizados son: